Con el diario de Yrigoyen: Milei festeja ser potencia militar
Milei celebra un puesto de privilegio en un ranking militar internacional, pero los propios generales admiten: "Son números ficticios. No tenemos ni para dos horas de combate". La cruda realidad detrás del optimismo oficial.

Buenos Aires, 14 de julio de 2025 — El presidente Javier Milei lo repite como un mantra: "Argentina es la 23° potencia militar del mundo", según el ranking Global Fire Power (GFP). Pero en los cuarteles, los uniformados se rascan la cabeza. "¿Potencia? No tenemos submarinos operativos, los tanques son museos rodantes y faltan balas hasta para entrenar", dispara un coronel en actividad.
El GFP 2025 ubica al país en el puesto 33° —no el 23° que cita el Presidente—, pero incluso esa posición genera escozor entre los militares. "Es un chiste: nos ponen arriba de Corea del Norte y países de la OTAN, cuando Chile nos triplica en aviones de combate y Perú en submarinos", ironiza un almirante retirado. La realidad es más cruda que el Excel del ranking: Argentina destina solo el 0.7% del PBI a Defensa, menos que Etiopía o Austria, y ocupa el puesto 132° en inversión castrense.
El milagro militar que nadie ve
El informe GFP mide 60 variables —desde cantidad de tanques hasta kilómetros de costa—, pero ignora lo esencial: "Tenemos 316 tanques, sí, pero son TAM de 45 años. Solo diez están modernizados. Es como comparar un Fiat 600 con un Tesla", explica Santiago Lucero Torres, del Foro Argentino de Defensa.
En la Armada, la situación no es mejor: "44 barcos figuran activos, pero son cáscaras sin misiles ni torpedos. Flotan, pero no combaten", admite un capitán. Y en la Fuerza Aérea, apenas cuatro aviones A-4 están operativos. "Los Pampa son de entrenamiento. Si mañana hay un conflicto, salimos con pistolas de agua", bromea un piloto.
"Capitán Ranking" vs. la realidad
Mientras Milei y su ministro de Defensa, Luis Petri, exhiben el puesto 23° como un logro, las Fuerzas Armadas detallan su "inventario de fantasía":
- Sin munición: "No hay para dos horas de combate".
- Sin uniformes: "Cada soldado recibe uno cada ocho años".
- Sin tecnología: "No hay drones, ni visión nocturna, ni defensa antiaérea".
"El GFP es un espejismo. Sirve para inflar el ego, pero no para defender el territorio", resume un general. La grieta, esta vez, no es política: es entre el relato oficial y los cuarteles que se caen a pedazos.