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Economía
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¡Encaje letal! El BCRA mete el bisturí y apunta directo a los pesos volátiles

A partir de agosto, el Central endurece las reglas del juego: fondos comunes y cauciones deberán encajar el 30% de sus depósitos. En la City ya hablan de “torniquete monetario”.

Por Negocios y Política
¡Encaje letal! El BCRA mete el bisturí y apunta directo a los pesos volátiles

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) salió con los tapones de punta y le puso el pie en el pecho a los pesos que circulan sin freno. Desde agosto, los Fondos Comunes de Inversión (FCI) y las operaciones de caución deberán inmovilizar el 30% de sus depósitos en encajes, diez puntos más que hasta ahora. La medida, que sacudió la City como una bomba de estruendo, busca absorber liquidez en medio de una creciente presión sobre las tasas.

💥 El plan: encarecer el crédito y contener la “pesificación golondrina”

La decisión no es casual. En los últimos días, los mercados venían registrando una volatilidad creciente. Las tasas bajaban, subían, se desplomaban y volvían a repuntar, con el telón de fondo de un dólar que no deja de mirar hacia arriba. En ese escenario, desde Reconquista 266 decidieron meter mano dura: “incrementar el encaje de las partidas que generan mayor volatilidad y encarecen el crédito al sector privado”, explicó el BCRA.

Traducción: quieren que los pesos de corto plazo dejen de especular y se inmovilicen. El objetivo, dicen, es “fortalecer el régimen monetario basado en el control de los agregados”. O sea, sacar pesos de circulación y congelar el riesgo de corrida.

📉 Efecto dominó: ¿viene otro golpe al crédito?

El torniquete sobre los encajes no es un detalle técnico. Afecta directamente al negocio de los FCI Money Market, donde muchos argentinos estacionan su plata mientras deciden qué hacer. Y también a las cauciones, que usan bancos y empresas para financiarse a tasas más blandas. Si ahora el 30% de ese dinero queda inmovilizado, el crédito será más caro… o directamente desaparecerá.

En un contexto donde la recesión aprieta y el consumo no repunta, el Central pisa el acelerador del ajuste monetario. El mensaje es claro: si no sobran los dólares, que al menos falten pesos.