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Política
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No me lo arrebaten”: Alberto Fernández y una lucha silenciosa por el vínculo con su hijo

“No me lo arrebaten” Alberto Fernández libra su batalla más íntima: recuperar el vínculo con su hijo. Denuncia trabas, silencios y una estadía extendida sin consentimiento. La Justicia le dio la razón: habrá visitas presenciales en Buenos Aires. El expresidente, esta vez, pelea como padre.

Por Negocios y Política
No me lo arrebaten”: Alberto Fernández y una lucha silenciosa por el vínculo con su hijo

a pulseada legal entre el expresidente y su expareja expone un drama personal que trasciende la política. En el centro de todo, un niño y el derecho irrenunciable a ser padre.

Buenos Aires – Lejos de los flashes, los discursos y los micrófonos, Alberto Fernández libra hoy una batalla distinta: íntima, desgarradora y completamente humana. Una pelea silenciosa, pero poderosa, por algo que no tiene siglas ni ideologías: el vínculo con su hijo pequeño.

Desde hace meses, el expresidente denuncia obstáculos crecientes para ejercer su paternidad en condiciones plenas. Videollamadas que se cortan, horarios que no se respetan, silencios impuestos desde la distancia. Fernández alega que la residencia del menor en el extranjero se extendió más allá de lo pactado, sin su consentimiento, y reclama algo elemental: la posibilidad de compartir tiempo presencial con su hijo en la Argentina.

La Justicia escuchó. Un reciente fallo autorizó un régimen de visitas presenciales mensuales en Buenos Aires, en compañía de profesionales especializados, para garantizar el bienestar emocional del niño. “La virtualidad no alcanza”, advirtieron los expertos intervinientes. El contacto físico, el abrazo, la mirada directa, son insustituibles para forjar un vínculo real, sano, duradero.

El fallo destaca algo fundamental: el niño vivió sus primeros años en Argentina y su centro de vida sigue estando aquí. Las visitas, además, no pueden transformarse en una trampa: se garantizó que el niño regresará a su lugar de residencia habitual luego de cada encuentro, despejando cualquier suspicacia o especulación.

Lejos del barro político, Fernández emerge en esta causa como un padre que no renuncia. Que pelea, que recurre a la vía institucional, que se hace cargo. No hay cadenas nacionales ni estrados presidenciales. Hay, simplemente, un hombre que exige su derecho a estar con su hijo.