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Política
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Un fallo que despertó a un gigante

El intento de proscripción judicial contra Cristina Fernández terminó uniendo a todo el peronismo y reavivando una fuerza política que el sistema creía desarticulada. La Corte, en vez de cerrar un ciclo, lo reabrió con más potencia. El miércoles, las calles lo van a demostrar.

Por Negocios y política
Un fallo que despertó a un gigante

La Corte condenó a Cristina Kirchner, pero terminó uniendo al peronismo y reavivando una fuerza dormida

Buenos Aires, 14 de junio de 2025 – La Corte Suprema de Justicia ratificó esta semana la condena contra Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad, una sentencia que muchos sectores consideran más política que jurídica. Sin pruebas directas, sin pericias concluyentes y con un proceso plagado de irregularidades, el fallo profundiza el clima de persecución y debilita aún más la credibilidad del Poder Judicial.

Pero lo que parecía un golpe final terminó generando un efecto inesperado: encendió la chispa de un peronismo que parecía disperso, dividido y resignado. Dirigentes de todas las vertientes —desde gobernadores e intendentes hasta movimientos sociales, sindicatos y sectores que habían tomado distancia del kirchnerismo— cerraron filas en defensa de la exmandataria.

Y la respuesta ya tiene fecha: el próximo miércoles, la Confederación General del Trabajo (CGT), las dos Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y más de un centenar de organizaciones sociales y políticas se movilizarán en repudio al fallo y en respaldo a Cristina. La convocatoria promete ser masiva y transversal, con epicentro en Plaza de Mayo pero con réplicas en todo el país.

“El fallo no fue contra Cristina, fue contra el pueblo”, afirmó un referente gremial durante la asamblea preparatoria de la marcha. “La quieren proscribir porque no pueden ganarle en las urnas”, denunció otro dirigente.

A medida que avanzan las horas, el efecto político del fallo no es el debilitamiento del kirchnerismo, sino su fortalecimiento. La figura de Cristina emerge como símbolo de resistencia frente al aparato judicial, y su liderazgo vuelve a ocupar el centro de la escena. Lo que la Corte no previó es que, con su fallo, no sólo no lograron borrar a la expresidenta del mapa político: lograron reactivar al gigante dormido del movimiento nacional y popular.